lunes, 1 de febrero de 2010

Estudiar la última noche

Como el mal estudiante antes del examen o como el equipo de fútbol que trata de enmendar una goleada en el último minuto, el PSOE zamorano quiere ahora diálogo para el desarrollo de la provincia, desarrollo que han tratado de impedir a toda costa sólo porque quien gobierna no es de su color político.

Si no conociéramos su modo de actuar, pensaríamos que es 28 de diciembre o sencillamente que es un error; nada más lejos de la realidad. Los socialistas zamoranos adolecen de una esquizofrenia política que les lleva a entorpecer el desarrollo de la provincia (en una de sus personalidades) y a proponer diálogo -para desenredar lo que ellos mismos han provocado- (en su segunda personalidad).

Se han pasado tres años tratando de torpedear los proyectos de futuro para la provincia, provocando situaciones ridículas y antidemocráticas como el triste episodio vivido en Benavente con la visita del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera.

Del mismo modo, llevan los últimos años de crisis negándose a seguir las directrices de su propio partido, que les pidió que apoyaran los presupuestos en todas las instituciones en las que no gobiernan, como la Diputación o el Ayuntamiento de la capital zamorana; y todavía siguen negándose. Zamora avanza, pero desde luego, no será gracias a quienes no para de poner palos en las ruedas de las instituciones; algo que, al final acaban pagando los ciudadanos. Pero a los socialistas eso no les importa, ellos prefieren mantener su obstrucción en las instituciones mientras piden diálogo: una vela a Dios y la otra al Diablo.

Bienvenido sean los socialistas al diálogo, pero mucho me temo que, con el cambio de dígito en el calendario, les ha entrado la prisa en el cuerpo y tratan de hacer los deberes cuando ven que el examen se les hecha encima.

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